La comunicación verbal es el rasgo humano inmaterial capaz de, con una sola palabra, cambiar el estado fisiológico del receptor. La capacidad de conversar, de hablar y de contrastar ideas ha sido el progreso que más ha desarrollado nuestra especie y lo que más la ha complicado.
La comunicación representa la unión, el contacto con otros seres para transmitir una información de un punto a otro. Su propósito u objetivo se puede denominar bajo la acción de informar, generar acciones, crear un entendimiento o transmitir cierta idea. Decir “Te quiero” o “Estás despedido”.
Con el desarrollo tecnológico, la comunicación verbal supera el tiempo y el espacio y produce una nueva dimensión en el intercambio de ideas. De hecho hubo una época en que esta comunicación tenía incluso un contacto físico entre el emisor y el receptor mediante el cable telefónico que los unía a kilómetros de distancia.
Del mismo modo que muchas conversaciones nos dejan huella en el alma, existe un registro físico, permanente, de aquellos mensajes que una vez viajaron por los cables encargados de conducir las palabras.
En su papel transmisor de emociones, algunas conversaciones han sido tan intensas o relevantes que han quedado labradas físicamente en los sistemas de transmisión: un hecho a veces tan transitorio en su creación y tan fuertemente fijado en el alma en su recepción. Algunas de esas conversaciones han quedado impresas físicamente y es en los antiguos postes telefónicos donde puede verse todavía la evocación materializada de antiguas conversaciones que permanecen patentes y generan una huella física imaginaria, visible y pública.
Converses es un trabajo fotoliterario que aúna la huella sonora imaginada transcrita y codificada a través del registro fotográfico y las conversaciones entre dos personas que en algún momento del tiempo y el espacio pudieron haber tenido lugar.
Paco Sanz 